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Voy en un taco de aquellos. Antes de meterme al taco, pasé a echar bencina. La bencina había subido. Por la hora, la bencinera estaba llena. Después de 10 minutos, logro salir de la bencinera al mundo... no, al taco.
Delante mío va un auto piola. Adentro va alguien que se mueve mucho. Asumo que o está apurado o algo busca. Casi no avanza esta hilera de autos y yo estoy cansada, quiero llegar a mi casa porque tengo que traducir... a pesar de que me gustaría llegar a dormir.
Miro por la ventana a la misma pared que estoy viendo hace 15 minutos. No, no es una pared eterna, el taco sí lo es. Siento mi corazón latir pesado. Pienso en que no sñe si mi corazón podrá latir pesado. Pienso que quizás mi cuerpo está pesado. Reconozco que tengo sueño. Apoyo la cabeza sobre esa parte del asiento que es para apoyar las cabezas, que uno nunca ocupa en realidad. Cierro los ojos un segundo mientras escucho que en la radio van a poner una canciñon que había olvidado que me gustaba. Pienso en la letra y recuerdo porqué me gustaba. Pienso en que debería dedicarla, aunque quizás...
Abro los ojos, suena la bocina del auto de atrás y avanzo en mi auto.
Me detengo.
Delante mío sigue el mismo auto de antes, con mucho movimiento. Veo que adentro va una chica que no es tan chica. Debe tener mi edad o quizás más. La chica-no-tan-chica abre la puerta del auto, se baja, saca todo el cuerpo mientras yo miro atónita. Por un segundo pienso que la chica se hartó del taco y que va a dejar su auto ahi y saldrá caminando felizmente, liberada de las ataduras de la ciudad (pensamiento que retengo en mi cabeza desde hace un tiempo, a ver si algún día tengo los cojones de ser feliz). La chica se acerca al bandejón central con algo en la mano. Mete su cuerpo entre los arbustos y deja eso que llevaba en la mano medio escondido entre uno de aquellos arbustos. "Que asco, dejó un papel lleno de mocos", pienso. "Uh, o quizás es un tesoro", me corrijo.
La chica se sube al auto de nuevo. Justo dan verde. Ella avanza. Yo paso con la ventana a medio abrir lento frente a los arbustos y no descubro nada. "Demonios!... nunca lo sabré", pienso de nuevo. Y sigo mi camino a casa.

3 commentarios:

Louis dijo...

Quedé más metío wn!!!


La ciudad está perdiendo su encanto para mí. Y yo soy TAN urbano.


Un abrazo.

C. dijo...

Ser espía de los desconocidos en un gran pasatiempo. A mí me encanta.

Saludos, Javiquenuncavienelcumpledoble

Francisco dijo...

....ojala se hubiera bajado del auto y escapado a la selva.

pero esas cosas no pasan.
o si?

saludos.