Hay que tener una opinión sobre todo

El semestre pasado era cine. Este semestre es televisión.
Sí, televisión: "la escoria de las artes visuales". La hermana pobre, arribista y avara del cine. La puta más cara, pero más tonta. Y así.
O al menos asi pensaba yo... antes.

Por que claro, empezó el semestre y yo con ataques de pánico de la sola idea de tener que entrar al estudio de televisión y verme enfrentada a hacer cosas como... Yingo... Pero no es tan así. Se puede hacer muchas cosas en tele. El que los canales o sus directores programáticos sean unos mediocres... no sé de dónde viene la verdad, pero me tinca que esta gente que está en los altos mandos de la televisión pasó por la dictadura demasiado cerca, entonces aprendieron a no pensar. Lo que finalmente resulta en que: hoy tenemos esta calidad de televisión tan penca.

En mi curso la frase recurrente es: la gente ve esta televisión porque esta es la oferta que hay y no hay más; solo el cable, que obvio que se lleva el rating.

Afortunadamente, mi generación tiene lo mejor del proceso: la transición de la dictadura hacia la democracia. Acá voy a decir una aberración que quizás haría que mi familia (o parte de ella) me desheredara, así que afírmese.

Si bien la dictadura fue un período oscuro, donde hubo asesinatos y torturas y todas esas cosas que ya todos sabemos. También es cierto que debido a la represión -propia de cualquier dictadura- existía cierto orden.
El orden, es bueno. La tortura, es mala. Estamos de acuerdo, no?
Así, yo pasé parte de mi infancia asustada porque podían venir los pacos, quedándome callada durante los apagones, oyendo cacerolazos, y bueno, cada vez que entraba a las oficinas administrativas de mi colegio, mirando un cuadro gigante del general (y después mis viejos querían que saliera comunista... pf...).
El punto es que justo cuando pasé a la pre-adolescencia y empecé a crecer y ver el mundo de manera distinta: paf! democracia; y con ella... el des-orden.
Cuando yo pasé a esas edad donde se empieza a tener puntos de vista, se podían expresar y se podía estar de acuerdo o no con cosas de las que antes había que callar. Es más nuestros profesores, fomentaban las opiniones, fomentaban los debates, nos hacían pensar!!! (quiero pensar que los profesores de hoy también intentan hacer eso.......................)

La disciplina y la exigencia de nuestros profesores (y de la sociedad, digamoslo) resultó en una generación que tiene más voz, siento yo. Lamentablemente en este momento creo que ya la mayoría de aquellos de mi generación son mandos medios aún... no hay muchos líderes... tampoco debe haberlos, somos jóvenes aún. Y si bien entre mis compañeritos de universidad veo que hay más opiniones más diversas, veo demasiado desorden, deficit atencional, ganas de sumergirse en la estupida y reggetonera masa... veo poca voz o pocas ganas de decir cosas.

Aunque usted no lo crea, todo lo que he dicho tiene relación con la tele. Para hacer tele hay que tener una voz, hay que tener ganas de decir algo... aunque sea decir que lo que vende son pechugas y potos. Usted señor televidente, que solo se entera de que los canales están llenos de realities, de copuchas, pechugas, potos y figuras levantadas a punta de cahuín, no mire en menos el trabajo. Preguntese mejor: ¿qué me gustaría ver a mi en la tele? Pero no me digan "cosas inteligentes". No... de verdad... qué invitados, qué temas... un late? uno de conversación? reportajes? Algún miscelaneo? Qué?.

Conversemos, compartamos opiniones... de ahí quizás podamos empezar a cambiar la tele.