Cinismo

Tu me llamas y me dices que quieres saber cómo estoy, pero tu llamado tiene una sincronía tenebrosa. Mientras tu voz suena lejana, pienso que me llamas porque sabes que ya me lo dijeron todo, que sacaron el velo de mis ojos y que ahora veo quien eres de verdad. Me sigues hablando, y yo al principio, como siempre, lo olvido todo, te saludo cariñosa y te pregunto que cómo estas, que cómo te ha ido. Pero sigues hablando sin parar, y empiezo a recordar que me quisiste hacer daño, que encargaste a alguien que me dañara, que te hiciste pasar por mi amiga y que me utilizaste. Fui un juguete de tu ego, un tropiezo más en tu torpe camino a sentirte menos poca cosa.
Y mientras me dices con una voz dulce y llena de culpa (sí, porque la distancia no oculta la culpa, querida) que quieres lo mejor para mi, que crees que soy una gran persona, yo pienso en que no vales nada y te dejo seguir rumeando esta humillación con la que quieres purgar ese sentimiento cochino que te inunda. Imagino que el hecho de que ella me hubiese dicho todo hace menos de 48 horas y esta extraña llamada tuya tienen todo que ver, me doy cuenta de lo sucia que eres, de lo miserable. "Una gran persona" pienso y me río en silencio detrás de un "gracias" igual de cinico que tu. Y hoy re-leyendo estas entradas me encuentro con que además tu me pedías besos. Que asco.

Y yo que pensaba que no era una persona rencorosa, no quiero escuchar nunca más tu voz, oiste?
Así que ya no me escribas, porque no te leeré. No le dejes mensajes a mi buzón de voz, porque no te escucharé. Y ni siquiera intentes mirarme, porque de vuelta recibirás mi más dulce mirada, que sé que te va a doler mucho más que mi indiferencia.

1 commentarios:

Tam dijo...

uff... tiempo de desilucion... tamos todas en la misma..

pero hay que ser optimistas... aun quedan bastantes islas

xd

un abrazo