Insomnes

Me doy vuelta para abrazarte -porque hace frío, porque hace rato que no siento tu cuerpo, porque no quiero darte la espalda-, y al apoyarme en tu hombro me doy cuenta de que estás despierta. Te miro y tienes los ojos abiertos, una mano sobre un ojo y miras al techo. Te pregunto si pasa algo y me dices que te duele la cabeza. Me río -porque sé que es por la cerveza, porque sé que tienes caña, porque cuando nos juntamos estabas un poco ebria y por el sobrenombre que te has ganado- y te ofrezco una pastilla. Te la tomas y me dices que no tienes sueño. Como yo ya estoy despierta también nos ponemos a conversar. Nos reímos, jugamos, nos abrazamos. No importa que hora es ni que los demás estén durmiendo, nosotras estamos despiertas. Te disculpas por no dejarme dormir, pero a mi me da lo mismo.

1 commentarios:

Anónimo dijo...

las conversaciones insomnes debo admitir que son unas de mis favoritas!

la lucidez del insomnio me sorprende a veces!


y tú...



me sorprendes a cada rato!