La Cami

Yo, como algunos ya saben, tengo 27. Y tengo una sobrina, de 4 años. Y la amo. Su nombre es Camila, pero le decimos Cami. Mi hermano, el papá de la Cami, tiene 24 y la historia es la tipica historia adolescente, muy a lo Juno, pero sin la parte de la adopción ni los papás buena onda. La Cami vive con su mamá, la Lore. Mi hermano, su papá, la ve durante los fines de semana o en la semana en los ratos que no está estudiando en el hospital (a veces Pablo llega con la bata llena de sangre... eso me da mucho asco y me imagino algo asi como a alguien con un chorro de sangre saliendole y mi hermano tapandose con las manos enguantadas en latex).

Yo, a la Cami la veo poco. Harto poco. Viene fin de semana por medio durante el año escolar, pero ahora en el verano, por suerte, la vi un poco más. Nos fuimos a la playa con mis viejos y sin mi hermano. Jugué harto con ella. Me salpicó agua helada del pacifico y salió corriendo cagada de la risa... después... la salpiqué yo. Me regaló un pastel de arena con conchitas y todo... y me lo comí, hasta le pedí otro. La perseguí por la casa y le hice cosquillas en la guata. Me escondí y la asusté. Le contesté un par de "porqués" sobre el mundo y sus colores. Me reí con sus salidas de adulto miniatura cuando me retaba por hacer mucho ruido. Y cuando terminaba su plato de comida antes que yo, me decía "te gané!".

Hoy, estuvo aquí, en mi casa. Y cuando crucé la puerta me recibió con un "Javiiiiiiii!" y me sonrió... a mi se me quitó un segundo el cansancio y el calor, ella saltó a mis brazos y la abracé. Por que la amo.
Después la fui a ver a la pieza donde estaba viendo tele y me mostró unos dibujos que había hecho del papá y la mamá (eran puras rayas, pero rayas hermosas... sobre todo en comparación con las rayas/retratos anteriores).
Al rato, bajé a buscar algo para tomar. Hice ruido en la cocina y ella, cual ratoncito, fue a mirarme. Saqué unos hielos y rellené la hielera. La Cami me preguntó que qué estaba haciendo y le dije "hielo". Ella, muy suspicaz, me dijo "con agua?".

Entonces, la que se sorprendió fui yo.


Le sonreí con amor y le dije "sí, mira, yo echo agua acá y después meto todo esto en el refrigerador, espero un ratito y aparece el hielo, aquí mismo donde tu ves el agua ahora". Ella me miró y me creyó a medias, así que le pedí que tocara el agua y que esperaramos un ratito para que apareciera el hielo.

A mi, al rato se me olvidó el asunto y a ella también. Hasta que nos encontramos de nuevo en la cocina. Saqué el hielo y le dije "mira, ves? acá está el hielo" y sonrió, se tapó la boca con las manos mientras abria esos ojos gigantes y hermosos que tiene y dijo "ohhhhhhh" para después soltar una risotada nerviosa, soeprendida.

Hace un rato ya, la Lore vino a buscar a la Cami.
Ella se puso a llorar, porque tiene una amiga al frente y no se quería ir.

La verdad es que cuando ella, la Cami, se va...

a mi también me dan ganas de llorar.