Historias que no se olvidan

Hay cosas, eventos, en la vida de un ser humano, que marcan. Que cambian. Que hacen que algo dentro nazca o que algo muera. Pueden ser recuerdos bellos, llenos de luz, de paisajes significativos, de gente hermosa, de risas y alegrías; o pueden ser recuerdos que evoquen sentimientos de tristeza y que se vienen a la mente de la mano de paisajes más invernales, de situaciones más oscuras... hasta de lágrimas.

Yo... tengo de ambos, obvio. Hay momentos, son como instantes, flashes de fracciones de segundos, que resumen a veces hasta períodos que duraron meses de mi vida. Tengo recuerdos oscuros y tengo recuerdos luminosos, pero cuando recuerdo, siempre es con cariño. Con compasión, incluso... compasión hacia mi, hacia los míos, hacia los que me rodeaban. Y bueno, los recuerdos bellos siempre hacen que se me infle el pecho y me roban una sonrisa. Me han arrancado carcajadas también, y entonces es cuando figuro en la micro o en el metro o en un semaforo rojo o en la mitad de la calle, riéndome mientras pienso en algo o alguien de mi pasado. Y la gente me mira como si reirse solo fuera "raro", "freak"... Por suerte hay otros que se ríen conmigo... porque también me ha pasado que me río sola y el chico o chica que viene de frente a mi se ríe de mi riendome y se ríe de mi conmigo (es una experiencia impagable esa, de reirse complicemente junto a un extraño con el que solo comulgaras en la sonrisa los segundos que dure el pasarse).

Hace un rato, estaba hablando con una amiga sobre una tontera, y se me vino a la cabeza un recuerdo, que había dejado de venir a visitarme. Supongo que porque ya ha pasado mucho tiempo, o porque quizás hubo cosas más importantes que recordar después de ese episodio. Pero hoy, que lo encontré, que lo fui a revivir en mi cabeza, me di cuenta de que fue un momento no solo importante, y que me cambió y que modificó mi vida durante los años que le siguieron.... sino también un momento hermoso, que ahora, que lo reviví, comprendí felicidad que me inundaba ese día.
Era cualquier día... un jueves... o un miercoles quizás... fines de enero principios de febrero. Y mi novia del momento había salido con un amigo a tomar unas copas, pero había andado muy rara esa semana. Esquiva, poco comunicativa, respondía con evasivas... en fin... me dijo que iba a salir con este amigo, que nos veiamos mas tarde u otro día... da lo mismo. El punto es que la llamé y por alguna tontera mía discutimos. Y me dijo ven, juntemonos al tiro, ven a buscarme. Y yo no quería. Pero finalmente fui. Y la vi... y yo venía muy enojada y ella venía con este amigo... y me pidió que nos sentaramos, que me calmara, que había estado asi de sospechosa, porque había comprado unos anillos y quería que fuera sorpresa... y me sonrió y me miró con cara de amor y sacó los anillos.

Y me sorprendió.



Gracias
por ese recuerdo.