Anoche

Anoche nos juntamos. Hacía un año que no nos veíamos... y mañana se va. La pasé a buscar... para variar todavía no había llegado a su casa, así que la tuve que esperar un rato. Partimos a la casa de un amigo.

Mientras ella me hablaba y yo manejaba, recordé. Recordé la cantidad de episodios que nos rodeaban, recordé por qué habíamos dejado de vernos, a pesar de la buena onda y el cariño que había entre las dos. Recordé porqué empezó todo ese embrollo pelotudo y tormentoso. Creí que la había echado de menos, aunque tenía un atisbo de duda, después de todo lo que había pasado... no sé cómo no nos odiabamos... pero ahí estabamos. En mi auto, de nuevo, las dos, yo manejaba, ella me contaba de su vida.

Las cosas anduvieron bien. Después de un rato de conversación en la casa de mi amigo, entendí porqué había habido onda entre ellos también. Se lograban comunicar en un nivel que yo simplemente no entendía... con sus instrumentos y sus acodes de Fa# (sostenido) y sus pianos y crecendos y Beethoven entre medio. Veía cómo era que se entendían en cosas que quizás muy pocos se entienden. Ella no me coqueteó ni yo a ella. Ellos tampoco se coquetearon... aunque en realidad, yo no soy muy buena para esas cosas. Escuchamos música, hablamos de cómo era que yo sabía que no me gustaban los hombres - asumo que ella me interrogaba tanto porque itentaba que alguna de mis respuestas le hiciera también sentido a ella... pero puede que me equivoque. Hablamos de la vida, de música, de cine, de libros, de cualquier cosa.

Ya tarde, nuestro amigo nos echó. "Quiero dormir, toy cansado", nos dijo. La fui a dejar. En el camino salió un temita. Digo temita, por que no alcanza a ser algo que tengamos que resolver para seguir siendo amigas, pero si a veces podría molestar como lo hace una piedra en el zapato, que molesta, pero que tambien se puede perder en los rincones de la horma. Me reprochó un par de cosas que yo ni siquiera recordaba; no sé si porque quise olvidarlas, o porque para mi, aquellas cosas nunca fueron importantes. Le tiré un par de tallas para que ella también se relajara y se olvidara de esas cosas que ya no tenían importancia. Lo pasado... pasado.

Llegamos a su casa y la abracé, que me había gustado mucho verla, que le fuera bien en su viaje, que sigueramos en contacto y no se perdiera. Fue un abrazo largo, que no soltaba. Creo que ella pensaba en besarme o algo. Yo pensaba que después de toda nuestra historia no me extrañaría que terminasemos en eso. "Uno de despedida?", preguntó... bajito... así, casi como para que no la escuchara. Le solté el abrazo y la dejé ir mientras decía "no creo... dejemoslo para más adelante". Confieso que lo tuve que pensar. Recordé de nuevo: sus besos. Me quedé en silencio y ella se puso nerviosa. Se bajó y se despidió apurada... algo confundida quizás. Yo la miré irse, le sonreí y le moví la mano mientras ella cruzaba la puerta de entrada a su hogar. Y partí.

4 commentarios:

M dijo...

me temo mi querida y temida javierita, que seré la primera en dejar mi comment aquí.. porque probablemente soy la única de tus "clientes frecuentes" que está despierta a estas horas....
i don't know.. yo digo que basta ya de elucubraciones y más acción...jajaja.
cuidate queridísima,
te quiero montones

M dijo...

citando a mis querido amigos de iliakuriaki and the valderramas " te digo y te repito" mucha elucubración hace mal...
deja de fumar esa hueá niña...
jajajaja
besos

Nadie dijo...

yo la pasta base no la dejo eh... no la dejo




jajajajaja

Louis dijo...

no puedo decidir qué tipo de despedida "iluminada" es más difícil: aquella en que te das cuenta en que quedan muchos temas pendientes... o aquella en que te das cuenta en que no queda nada.


besos, javi