La semana pasada fue una semana de cambios. Dejé mi trabajo en la librería por que me estaba quitando tiempo que debía invertir en mi misma (según mi terapeuta y mis dolores de cabeza). Así que el martes dejé de trabajar en eso y comencé con una nueva rutina... una rutina conocida. De estar en mi casa, traduciendo, todo el día o a ratos o en la noche, unos listas que son siempre lo mismo, en las que lo único que cambia es el orden de las palabras. Pensaba que el universo me decía que tenía que parar, que tenía que darme tiempo, que tenía que ponerme más atención.
Y creí que lo estaba haciendo, o que lo estaba comenzando a hacer.
Por supuesto, como recién había vuelto a tener tiempo libre, me dediqué a hacer un millón de cosas, no paré: por el contrario, seguí, incluso con más intensidad.
El sabado, mientras volvía a mi casa acosada en mi cabeza por la cantidad de cosas que tenía que hacer, choqué sin poder frenar siquiera, al auto que iba adelante. Un segundo iba a muchos metros de distancia, miré hacia el lado, miré hacia el frente y ya estaba encima.
Mi auto se hizo polvo. Yo lo miraba y parecía como si el motor se hubiera convertido en una tostada. Sin capó ni media luz... nada. Yo, iba sin cinturón. Me fui a con la inercia de 50 km/h contra el vidrio. Cuando volví a caer sobre mi asiento y me toqué la cabeza en el lugar del golpe ya tenía un globo hinchado en la frente.
El sábado mismo no me pasó nada. No sentí mucho más que el dolor y el pánico del impacto. El domingo por la mañana y hoy -y quizas durante los próximos días- agradecí e intenté explicarme el cómo no había salido volando a través del vidrio... cómo no me había quebrado la cabeza con el golpe... cómo no me había matado.
En el hospital, el doctor me recomendó reposo en cama durante los próximos días. Decidí arrendar una película para que mi tiempo en cama no fuera tan pobre. La pelicula se trataba de un joven que por vivir sin conciencia termina chocando (para la magnitud del choque no le pasaba nada) y finalmente comprende que tiene que parar y recomenzar. Mientras la veía lloraba y pensaba en que quizás me toca hacer lo mismo a mí.
mapas mundo
Hace 13 años
0 commentarios:
Publicar un comentario