Literatura, de la buena

Claro, estoy trabajando en una librería. Lo malo de trabajar en la libreria es que hay que sacudir todos los libros uno por uno, todos los días, por que si no, se deterioran mucho. Lo otro malo es que hay que vender los libros -con una sonrisa en la cara- sin importar si son de Barbara Wood o Danielle Steel o Paulo Coehlo. En cambio, lo bueno, es demasiado bueno, por que puedo leer en aquellos ratos en que no estoy sacudiendo ni sonriendo cinicamente (gran parte del tiempo la sonrisa es legítima, hay que decirlo). Y esos ratos son hartos, pero no solo eso, sino que los libros de los cuales tengo para escoger son muuuuuuuuchos (de hecho, el otro día mientras sacudía, me bajó un poco la angustia del "y ahora... qué voy a leer?").
Pues bien, esta última semana me leí dos novelas que no puedo dejar pasar. Dos obras literarias de quellas que lo dejan a uno con ganas de más, con esa sensación de belleza infinita en el mundo y al mismo con ese sabor amargo que tiene la vida a ratos, una suerte de angustia existencial que consigue llevarnos hacia esos rincones que tan bien guardados tenemos, a esos rincones a los que no nos asomamos mucho.
Pues bien, sin más preámbulo, la primera es de un creador llamado Haddon. Un inglés, al que prefiero llamar creador por que es un artista multifacetico, no solo escribe novelas, sino que ademas pinta, ilustra, escribe poesia y hace guiones para la televisión. La novela se llama
"El Incidente del Perro a Medianoche" y es un libro narrado por Christopher Boone, un quinceañero con algún tipo de trastorno o deficiencia que lo convierte en un personaje tan inexplicablemente lógico, que cualquier cosa que no tenga una secuencia de datos para seguir se le escapa de las manos. Tanto así que las emociones se escapan de su entendimiento; no solo las de otros, sino también las propias. La magia de este libro es que, a ratos, uno se olvida que está leyendo y se convierte en Christopher. Lo bello de este libro es que si bien todo empieza con -como dice su título- un "incidente", a medida que avanza la historia se van develando verdades humanas, defectos y virtudes, sentimientos, al fin.
Lo mismo que sucede con "Seda" de Alessandro Baricco (italiano). Un libro que es como leer un poema, como tocar un pañuelo de seda, casi imperceptible, pero consistente. Solo quiero decir de este libro que está hermosamente escrito, que me dejó con una sonrisa y un suspiro. Y bueno, esa angustia de la que hablé antes, que es como una sensación residual, más bien.

Pueden visitar a Haddon aquí



1 commentarios:

MLP dijo...

tengo demasiadas ganas de leer demasiados libros, y ahora tu sumas uno mas a la lista.
yo trabajo en un cafe donde tambien se venden libros y es lo peor, porque lo unico que quiero es qu eno entre nadie para poder leermelos todos. ahora estoy pegada con un libro de poemas de yoko oko que se llama pomelo. es bellisimo.


saludos!